‘How to train your Dragon’: la redención de la prótesis.

Hiccup quiere ser como su padre. Quiere matar dragones. Pero no puede. Cobarde. No quiere matar dragones. Encuentra un dragón herido, se acerca. Comprende el mundo de los dragones. Idea una prótesis para él. Posteriormente es él mismo quién necesita una prótesis en la pierna, que finalmente le permite unirse por medio del metal al gran reptil. El dragón puede volar y el cabalgar. En esencia, la reconciliación del humano y el monstruo. No les mates, aprovéchate de tus enemigos. ¡Haz Rizoma! ¡Sé la flor y la abeja! ¡Sé el niño y el dragón!¡Explota la simbiosis! ¡Bla Bla Bla! ¡BLA BLA BLA!

Igualmente interesante, parecen las implicaciones sobre la plasticidad de la cultura, al canalizar la tradición vikinga estructurada entorno a la lucha contra el dragón, hacia una lucha común entre especies. Y más aún, de la propia identidad humana, en el sentido de explorar de forma creativa la condición del tullido. La configuración de lo humano fuera de convenciones unidas al cuerpo y la apertura hacia nuevas posibilidades. Y bla.

La película me recuerda ideas de Jose Luis Molinuevo y a través de su Blog ‘Pensamiento en Imágenes’ y descubro una TED Talk de Aimee Mullins “and her 12 pairs of legs” y la redefinición de las posibilidades del cuerpo humano frente al miedo de lo desconocido.

This entry was posted in Cine, General and tagged . Bookmark the permalink.